En enero celebramos el aniversario de una de las figuras más influyentes del feminismo moderno. Recordamos su vida, su pensamiento y el impacto de El segundo sexo.
Hay fechas que nos recuerdan la importancia de quienes abrieron camino en la lucha por la igualdad. Enero es una de esas fechas, con el aniversario de Simone de Beauvoir, una de las grandes pensadoras del siglo XX y referente indiscutible del feminismo contemporáneo. Su vida, marcada por los grandes acontecimientos históricos, y su obra, que redefinió cómo pensamos el género y la condición femenina, siguen siendo fuente de inspiración y debate.
Una vida marcada por el pensamiento y el compromiso
Simone de Beauvoir nació en París en 1908, en el seno de una familia burguesa que, tras la Primera Guerra Mundial, sufrió la ruina económica. Este contexto marcó su destino: al quedar sin dote, su padre la animó a estudiar, lo que le permitió licenciarse en Filosofía en la Universidad de la Sorbona. Fue allí donde conoció a Jean-Paul Sartre, quien sería su compañero de vida y una gran influencia en su pensamiento político y filosófico.
Su activismo
Vivió ambas guerras mundiales y la ocupación nazi de París, experiencias que definieron su compromiso político y social. Fue una firme defensora de los derechos humanos, en especial de los derechos de las mujeres, destacando su lucha por la despenalización del aborto. Criticó con contundencia la hipocresía de la iglesia católica, que condenaba el aborto mientras aceptaba la pena de muerte y las guerras, así como a los hombres que obligaban a sus parejas a abortar mientras se oponían públicamente.
El segundo sexo: Un antes y un después en el feminismo
Publicado en 1949, El segundo sexo representa un hito en la historia del feminismo. Simone de Beauvoir analiza la subordinación de las mujeres en las sociedades occidentales desde una perspectiva existencialista. La obra explora cómo las mujeres han sido históricamente relegadas a la inmanencia (la repetición de la vida biológica) mientras que los hombres ocupan el espacio de la trascendencia (la creación social y política).
Esta obra no solo marcó el inicio del feminismo de la segunda ola en los años 60, sino que se convirtió en referencia obligatoria para las corrientes que la continuaron, criticaron o reinterpretaron. Fue especialmente relevante su afirmación de que «la mujer no nace, se hace», que sentó las bases para la idea de que el género es una construcción social.
Legado y reflexiones
Las aportaciones de Simone de Beauvoir siguen siendo fundamentales para entender las dinámicas de opresión de género. Su análisis de la naturaleza y la cultura, de la inmanencia y la trascendencia, y su crítica a las estructuras sociales que limitan la libertad de las mujeres, permanecen vigentes en debates contemporáneos.
En un mundo donde las luchas feministas han logrado grandes avances, pero donde las desigualdades persisten, revisitar la obra de Simone de Beauvoir es un recordatorio de que el camino hacia la igualdad requiere tanto reflexión como acción.
Este enero, celebremos su legado leyendo y reflexionando sobre El segundo sexo y su mensaje. Como ella misma decía: «El feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente».